La cocina es el corazón del hogar. Es donde se preparan las mejores recetas, donde se comparten risas y se viven momentos familiares. Por eso, cuando llega el momento de reformar tu cocina, no se trata solo de cambiar los muebles. Se trata de hacerla funcional, de adaptarla a tus necesidades y de que sea un lugar donde te sientas cómodo. Y ahí es donde realmente marca la diferencia el lugar donde decides comprarla.
En las grandes tiendas, todo parece sencillo. Puedes ir a la tienda, ver los muebles y decidir en el mismo día qué te gusta. No hay nada de malo en eso, es rápido y cómodo. Pero, ¿qué pasa cuando necesitas personalizar algo?
¿O cuando las medidas no encajan como esperabas? La verdad es que, en muchas ocasiones, ese proceso rápido se convierte en un dolor de cabeza. Terminas buscando a alguien para que te haga las mediciones, o incluso tienes que reorganizar todo tú mismo.
En un estudio SOLA, todo el proceso se adapta a ti. Nos encargamos de todo desde el primer día: análisis del espacio, diseño, elección de materiales y planificación. No es una compra rápida, pero sí mucho más precisa. Nos aseguramos de que cada detalle encaje perfectamente.
Las grandes tiendas no suelen ofrecer una personalización limitada. Pueden darte opciones de color, acabados, tiradores… pero no diseñan la cocina desde cero. La personalización se limita a la estética.
Pero, ¿y si tu cocina tiene una columna en medio o una isla que no encaja con el resto de la distribución? Ahí es cuando empieza el verdadero trabajo de un estudio de cocinas. En los estudios SOLA diseñamos a medida, adaptándonos a todo el espacio disponible. Desde la ubicación de los electrodomésticos hasta los pequeños detalles como los cajones extraíbles o los acabados finales. Nos encargamos de todo el proceso para que tu cocina sea solo tuya.
Imagina que eliges tu cocina en una tienda grande en lugar de un estudio de cocinas. Ya tienes el diseño y la compra lista. Lo que sigue es coordinar la instalación, lidiar con los plazos de entrega, los imprevistos con la obra y esperar que todo encaje. La realidad es que, si algo sale mal, el acompañamiento en este tipo de establecimientos es casi nulo.
En cambio, en un estudio de cocinas SOLA, el acompañamiento es constante. No solo diseñamos y montamos, sino que te ayudamos con la coordinación de los gremios, te instalamos los electrodomésticos y te resolvemos cualquier inconveniente que pueda surgir. Estamos contigo desde la primera idea hasta que tengas todo en su lugar, funcionando a la perfección. Cuando te entregamos la cocina, lo hacemos sabiendo que todo está bien.
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